Lo Irreprensible

Qué inexplicable resulta la muerte.

Qué contrariedad embarga el hecho de suicidarse. Oscilar entre la valentía y el ser cobarde.

Qué complicada es la vida que uno no quiere, madre.

Qué difícil es darse cuenta que no se es útil más que arriba de un escenario y, lo mejor, no querer ser útil fuera de él.

Qué poco hábil es no permanecer en la inercia de los sentimientos.

Qué sagaz es la suerte al provocarnos con vituperios.

Hay una profecía en mi camino: “cuidaré la muerte de un hermano de la vida, correré hasta su enfermedad para ayudar a espantarla. Habrá mucho dinero en mi bolsillo, a mi nombre, sobre mí. Tendré, en la tercera luna, un cuerpo que no olvidaré jamás porque siempre me abrazaré a él. Saldré en grandes pantallas hablando en otro idioma”. No puedo esperar, madre, no quiero hacerlo. Porque impaciente soy y aunque me pierdo en la húmeda Buenos Aires, tengo claro a dónde no quiero volver: a los brazos de la inutilidad.

Mátame madre, acaba con la poca fe de este cuerpo lánguido. Pero espera a que termine mi tarea, sé paciente ahora tú ya que yo nunca pude.


Y tú, amor aún inexistente, vuelve tus oídos a canciones secretas, corre por el mundo mientras te encuentras conmigo porque en cuanto conozcas mi sabor volverás adicta tu boca, tu figura, tu estirpe. Cabalga, mientras yo camino. Aquí voy, que ya finaliza la bifurcación del camino y de frente nos quedará sólo uno. Canta, practica, baila, que luego a mi lado deberás gozar de resistencia.

Comentarios

Gustavo Löbig dijo…
Hola Juan, soy @lobigus en Twitter. Lo aclaro para que sepas por dónde llego a tu blog. Me gustaron tus poemas, rebosan vida, resultan auténticos en su desnudez emocional, son honestos, muestran nostalgias de inocencias tempranas que siguen presentes y por tanto continúan expresándose, pero más maduras, entreveradas de ego fuerte como es habitual en todo verdadero artista. Felicitaciones. Y un abrazo virtual pero sincero y cercano.

Entradas más populares de este blog

A una lectora prontamente NO ausente.

Me dio.

De cómo me rescató Marcel. (Versión breve).