How Far We’ve Come
Hoy te veo a los ojos… a través de una pantalla de acrílico, de una pared sintética… observo tu imagen pálida por el maquillaje que obliga a tu personaje a ser y a hacer. ¿Cuánto ha pasado? ¿Cuánto has pasado? Me dejo llevar por la nostalgia de una que otra nota musical de aquella canción que antaño estrujaba mi corazón. Sí, todo es tiempo, tiempo todo es, es todo tiempo, es tiempo todo, todo, tiempo, es. Ahí está, ¿la ves? Es mi mano que espera porque tú la tomes y camines junto a ella. Jamás será negada una ayuda, nunca una prerrogativa será puesta en su lugar más recóndito. Y aunque las falacias del licor nunca serán tu mejor compañía (ni la mía tampoco) pues cuando ese fracaso de noche pase… llámame, mi oído, como mi sentido más y menos desarrollado a la vez, te escuchará. Aún tengo un viejo aparato que nos servirá de medio para comunicarnos… no te extraño, pero extraño estar bien con tu conciencia, con tu voz, con tu mentón, con tu cuchara… Hoy por hoy la laboral rutina no ocupa m