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Mostrando las entradas de diciembre, 2010

dos (más) doble uno

Siento ya como la garganta se cierra. Mi cuerpo como buen alimento del universo se dispone a reaccionar al cambio. Ya toca el piano, esta vez lo escucho desde la orilla del río que salvaje y tierno toca mis pies. Hay aguas que desee alguna vez tocar en compañía ausente y hoy, justamente hoy vuelvo a nadar en ellas, sin ningún deseo de compañía (no de esa que más lejos se queda). Son tantos los soles que han aparecido ya. Los mismos que se han escondido entre los cerros. Ha pasado tanto tiempo que las manecillas del reloj aseguran estar ya borrachas de girar. Ayer le recordé y más que a usted, recordé el dolor que causó en mí. Volver a este lugar es emancipante y saber que estaré aquí mismo cuando el reloj marque las 12. Celebraré conmigo mismo y de la mano de mi hija. Mirando el oscuro cielo y pensando en tanto y tanto.  Recordando dolores, porque me conozco. No es la primera vez que es año nuevo. 1S1. Sintiendo cómo quien fue mi gran amor puede respirar aires argentinos mientras yo

8. 9. 10. ONCE

Calor Viento Sudor S e q u í a Ya viene el fin de los 365 días mas equitativos de este cuerpo que aún se mantiene en pie. Al parecer los vientos de frío alcance no han logrado congelar el magno proceder de este corazón mio, que aunque resfriado, desnuda su caparazón y sale a la intemperie con la sorpresa de ser y estar cubierto por brazos adolescentes. Que bien se siente una caricia dada desde el fuero interno y la lejanía. Una extraña sensación se aprovecha del tiempo sin uso, fallece en mi mente el recuerdo carnal de su satánica posesión. Se abre mi boca para dejar salir su nombre. Y cierra mi respiración jadeante las letras de su palabra: A S C O. Que alegrìa se siente en el ya no saber nada de su paradero. Ha perdido ubicaciòn en el mapa de mis intereses. Debo acotar que la salvedad de esta temporada es a costa de un par de alegrías: mi rostro aparecerá en gran pantalla (uno des los propósitos de mi carrera) y el resurgimiento de mi labor. Existe una historia que se divide y

Otro (él) que soy Yo

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Hay una estrella que está cayendo. De esas que el cielo suelta de cuando en vez. Él quiere recogerla, llevarla a su casa, llamar a la empresa de energía y cancelar el servicio. Que sea sólo ella que alumbre su estadía.  En la oscuridad él se siente cómodo, porque puede escuchar su corazón latir a ritmo normal y cotidiano. Quizá el eclipse no le permite la calma para sentir la totalidad de su cuerpo. Él quiere gritar y saber mediante el aullido lo que la vida le depara. La luna sólo puede premeditar sus pasos, pero no hacérselos saber. Es tan poca su existencia y tan corto su vivir. Él no pierde la capacidad de sorprenderse, esa es su batería, su recarga de energía [tan necesaria en tiempos de apagón]. Hay una que otra poeta que inspira el digitar de sus letras. Pero esta es especial, su nombre es F, como F inicia Faro, Fuerza, Flor… Espacios llenos de luz y oscuridad que no se revuelven, pero sí se complementan y es que ese es el vivir.  Uh uh uh uhhhhuu uhhu… Sobre su malet