Otro (él) que soy Yo


Hay una estrella que está cayendo. De esas que el cielo suelta de cuando en vez. Él quiere recogerla, llevarla a su casa, llamar a la empresa de energía y cancelar el servicio. Que sea sólo ella que alumbre su estadía. 

En la oscuridad él se siente cómodo, porque puede escuchar su corazón latir a ritmo normal y cotidiano. Quizá el eclipse no le permite la calma para sentir la totalidad de su cuerpo. Él quiere gritar y saber mediante el aullido lo que la vida le depara. La luna sólo puede premeditar sus pasos, pero no hacérselos saber. Es tan poca su existencia y tan corto su vivir. Él no pierde la capacidad de sorprenderse, esa es su batería, su recarga de energía [tan necesaria en tiempos de apagón]. Hay una que otra poeta que inspira el digitar de sus letras. Pero esta es especial, su nombre es F, como F inicia Faro, Fuerza, Flor…

Espacios llenos de luz y oscuridad que no se revuelven, pero sí se complementan y es que ese es el vivir. 
Uh uh uh uhhhhuu uhhu…



Sobre su maleta, llena de recuerdos y olvidos, sentado está. Él se rinde ante el olor del tabaco y suspira el humo que despide cada encender cancerífico (si se me permite el término). Se propone no proponer-se, ni perder el sentido de riesgo que apaciguaría su andar. Él quiere lanzarse en medio de la tormenta y caer en  libertad plena. Él, como todos los seres humanos que habitan la salvaje ciudad se encuentra junto a la noche, fría. La noche es remedio para el pensamiento, antibiótico para el dolor cotidiano de la soledad y repudio de demonios venenosos que habitan los lugares comunes del ex amor. ¿Qué es el amor madre? ¿Cómo se hace para ser uno que ama a otro sin dejar de amar al uno como persona propia e impersonal? El amor, dice la madre, es aquella materia no física, no tangible, que te hace dormir con calma una noche y con extraña ansiedad la otra. (Él, de pie, recoge su maleta. Camina con decisión hasta atravesar la profunda era del futuro y hacerlo presente) Él camina con más rapidez cada día porque se ha propuesto ganarle la batalla al tiempo. 

¿Cuántos faros hay encendidos? 2
¿Cuántos apagó con el aire de su boca? 3
¿Cuántos fueron asesinados por un escupitajo? 1 (Sin probabilidad de encenderse nunca más)
¿Cuántos mantendrán su luz? 1 (Él mismo)
Con aire positivista inicia un nuevo andar. Con ritmo optimista baila entre los bosques. Dispuesto está su andar errante pues de él dependen sus experiencias como caminante del mundo.
¿Dónde está el amor, Madre? Ya es muy tarde –responde ella- ya viene el cartero a traértelo.

Again + 
again + 
again+ 
again + 
again + 
again + 
again + 
again + 
again + 
again + 
again + 
again and...

Comentarios

edipa reina dijo…
Caramba.. si que es bella la vida.. dos faroles encendidos?.. Pues hombre asi que la cosa simplemente es adorable... funesto seria que ni un cerillo quisiera dar algo de lumbre... pero haciendo contrapeso a la historia de los faroles ... Que viva la vida... seamos bambinos eternos... busquemos siempre el motivo para que la empresa de energia nos de una manito y el calor de algun fuego no nos recuerde que los demás fuegos fallaron.. si no que nos haga olvidar el frio de aqullas lunas y nos reafirme que encender faroles siempre será un buen plan en la ruta de viaje...
Qué más da?.. en ocasiones se debe guardar los cerillos.. lo importante es saber que hay muchos camuflados por alli.. esperando ser encontrados.. Aplaudan todos y todas... hay dos faroles encendidos.

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