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Mostrando las entradas de septiembre, 2011

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Es ahora cuando veo las puertas entreabiertas. Las calles vacías y húmedas, el aire lame el recuerdo de quienes pasaron afanadamente. Lo sé muy bien, debo estar expuesto. Pago el precio de lo nunca cometido, son los rezagos  de estar destinado a la no-utopía. ¡Cómo parte en dos lo que estuvo en pedazos hace tiempo y que ahora se vuelve uno, sólo uno! Aseguran los transeúntes del estado de intimidación en que esta figura delgada los ubica. Madre, yo sólo respiro y sonrío. ¿Qué hay de villano en mi andar que detiene cualquier intento de caminar de la mano ajena?  La vida traza una delgada línea entre el camino desolado y el que está lleno de jolgorio. Vacío.  Empty room. Living room. Dime afrodita, ¿Cómo hiciste para quitarles a las sirenas sus amantes? ¿Cómo batallaste contra los destiempos? ¿Cómo apaciguaste las penas ajenas, las lejanías extranjeras, las mañanas desoladas y las convertiste en desayunos placenteros, de esos en que el pan no es llevado a tu boca por tu propia mano si