Entradas

Mostrando las entradas de noviembre, 2013

Llamado a grito herido, Madre.

¿En qué momento empecé a cargar con la culpa de desear querer? ¿En realidad soy yo o simplemente obedezco al capricho de mis impulsos? No recuerdo haber querido tanto estar sobre otro cuerpo más que ahora. Cuando era niño no me imaginaba la dependencia que el sentir iba crear en este cuerpo lánguido. Me he equivocado tantas veces que estoy empezando a enamorarme de los errores, por estar esperando el acierto. ¿Qué hay en mí, madre, que no me deja respirar en paz sin estar compartiendo lo que siento? En las noches de soledad mi peor enemigo son mis emociones. Es de noche, madre, cuando vienen a casa y se siente vacía, invaden cada rincón, cada esquina de mi cama, es este maldito anhelo de besar y ser besado. Quiero cambiar de cuerpo por uno que no viva cada vez que muere de amor. No muero de amor, tengo la paz de la soledad y es ahí cuando me siento muerto. Muerto en la muerte. Mis recuerdos se ríen de mi ahora quinceañero pensar. Mátame, madre, dispara con una de e