Juan Tarquino

He puesto la banda sonora de estas tres semanas, la voz de la fémina que la interpreta se escucha a alto volumen en esta pequeña casa, donde apenas cabemos. Aún la duda es fiel amiga de mis pensamientos y entre poemas que jamás serán dichos ni mencionados (por el hecho de odiar arduamente a los poetas) estremece mi mente. La estoy dejando ir lentamente, la duda, no necesita quedarse, no es bien recibida. Qué incertidumbre he tenido todo este tiempo... no la merezco. No es para mí. Mi madre no me parió para seguir a la espera de una respuesta, ni siquiera a la espera de una llamada. Pasa el tiempo y el intento se hace cada vez más hecho verídico. QUIERO CREER Y LO ESTOY HACIENDO. No tengo miedo al arrepentimiento porque si algo llegara a suceder, no sería yo quien cargara con la culpa de la mentira. ¿De qué me culparía yo mismo? ¿De intentar sentir una vez más? Esa es una responsabilidad que no asumo, ni asumiré. Acepto publicamente que vengas y saques tantas cucarachas de mi cabeza,