El maldito duelo no termina...
De nuevo ha vuelto ha vuelto este sentimiento... esta escaces de tranquilidad. Una vez más mi corazón palpita de rabia, vacío, impotencia... ¿Cuánto tiempo llevo sintiéndome tan solo? ¿Debería ahogarme? ¿Debería saltar al vacío? Mi vida no se inscribe a cuatro años... tengo que seguir creciendo, seguir multiplicando, pero en este momento me faltan fuerzas, se me hace pequeña mi vida y se reduce a esta sensación de intranquilidad. Lo más horrible y podrido de la mentira es descubrirla... descubrirla en esos labios que alguna vez te besaron, en esa voz que alguna vez dijo Te Amo. Ya mis lágrimas no quieren salir y afrontar la soledad de la mano que las seca... ¡¡Ayuda!! Lanzo un S.O.S a los dioses para que se hagan presentes y se manifiesten mediante la gran hijueputa felicidad que le hace falta a mi vida, esa felicidad que se me presenta disfrazada de infante, de lujuria con acento no bogotano ... Gracias: no he sucumbido ante el placer momentáneo. Y me aburro de disimular, de apare