A usted, querido (a) artista (o)
Ni la más ardua prueba podrá jamás definir qué es actuar. No sólo actuamos en escena y esto no es nada nuevo, y si lo es para usted querido (a) lector (a) debe usted revisar no solo sus referentes sino también su vago conocimiento. ¿Qué es arte? ¿Qué es la danza? ¿Quién dice qué sí y qué no? ¿Acaso no se trata de promover el propio movimiento en el sincopado, dulce, agrio e incandescente pulso de una secuencia musical? Creerse artista acarrea un sinfín de responsabilidades por asumir; un ego o status por mantener, una careta para portar y, sobre todo, absurdo lenguaje y acento para lograr ese efecto bohemio que elimina todo conocimiento ajeno. Yo, que no soy actor ni director ni dramaturgo ni bailarín y mucho menos profesor, hago las veces de incentivador de interés. A veces resulta, a veces no. Propongo antiguas estrategias que desde mi lectura resultan agrestes para quienes observan desde la barrera del ser artista, pero para quienes aún descubren el mundo mediante sus sentidos