Me dio.

Amor y Alambre de Espinos, 1944.
Robert Doisneau

Hace 29 años y 364 días, mi madre sudaba, reía, pero siempre pensaba en que pronto llegaría el momento de dar a luz a su primer (y desafortunadamente) hijo hombre.


Han pasado más cosas que años por este cuerpo. Un cuerpo resentido aún hasta por el mismo daño que las propias uñas causan en la parte media. Decir que he aprendido tanto sería hacer alarde de la bienvenida a los poemas baratos que detesto con alma cuerpo y corazón. Y aunque es la verdad, no estoy frente a mi computadora para eso.

Estoy frente a una puerta inmensamente alta, de fina y detallada madera, con cerrojos de oro y plata. Grabados fuertes y delicados que permiten ver lo rústico y bien logrado del artista que la diseñó, sólo para mí. Hoy a las 12 como segundo quinceañero abriré ese gran portal. Basta de mirar hacia atrás, basta de recordar lo que no está, basta de inhibirme por lo que causó daño, basta de azotarme por el daño que causé, basta de arrepentirme por lo que hice, basta de querer matar y tener su corazón en la mano, basta de ver a mi madre seria, basta de leer lo que no se queda en mi cabeza, basta de tener miedo al engaño, basta de huirle al sexo con otra persona, basta de recibir besos usados, basta de bastar y no bastar. Basta de odiarte y agradecer que ya no estarás. ¿Sabes? Ahora me asombro de cuando te asomas en mi mente, antes me asombraba porque desaparecías por instantes, pero ahora… Que tu alma descanse en paz, que saludes a Dios y le preguntes todo lo que siempre quisiste saber, que cuando mires hacia abajo y te reconozcas en el cuerpo que quedó de ti te asquees tanto como yo lo hago. Te perdono, había puesto como meta el día de mañana y hoy puedo decir: TE PERDONO Y TE AGRADEZCO POR NO ESTAR. YO SIGO CREYENDO QUE SE PUEDE. GRACIAS POR DEJARME IR.


Para cualquier ser humano llegar a los 30 debe ser una estupidez, SÍ LO SÉ: SOBREDIMENSIONO TODO ¿Y QUÉ? Soy yo y quien decide hacerlo soy yo. Ahora que vuelvo a ser el dueño de mi vida me encuentro con el terreno más fértil de todos: YO. Duele, no lo niego, duele llegar a los 30 años de edad aún sintiéndose de 18. Soy un adolescente en un cuerpo de adolescente, con un rostro ya no tan adolescente porque se entrevén las huellas de la expresión. Duele bellamente mirar atrás y ver los rostros de los seres que he tocado, me sonríen amablemente y lo peor de todo es que me agradecen. Ellos y ellas, mis hijos de la vida, no saben que fueron, son y serán mi alimento para engordar el vago conocimiento.

Silencio repentino. De fondo, “Aspetta Mi” de Pink Martini. Mirada perdida y enconchada en un punto no fijo. Una lágrima resbala por la reseca mejilla. La mano derecha intenta secarla, pero se encuentra con un mechón de pelo más reseco aún, lo acomoda y vuelve a su posición obligada: palma sobre fémur. Silencio cerebral.
Encontré una especie de cuanto de hadas que sí es posible. Una novela negra donde sí asesinan hasta al escritor. Una radio novela que calla. Un grande niño que no es Peter Pan. Encontré una mano que nunca me soltará: La mía.

Comentarios

Laura. dijo…
Tu alma de Peter Pan te acompañará hasta el fin de los días.

Las fotografías como portales hacia recuerdos que vagan por la mente, estarán siempre impresas en papel y alma.

Así como todos nosotros que estaremos siempre de tu mano.

Salud por tus añitos!

Un martini especial para el día de hoy a las 12.

Para siempre, Un gusano.

Entradas más populares de este blog

A una lectora prontamente NO ausente.

De cómo me rescató Marcel. (Versión breve).