A manera de confesión adolescente.
He vuelto a los acogedores brazos
de la escritura teatral. Me he permitido reingresar al arte de desnudarme a
través de unas letras. Esta vez desde la honestidad de quien se describe a
solas, en el silencio, en lo oscuro de la noche. Sin más. Había una idea
rondando en mi cabeza, la dejé vagar por ella más de dos años y por fin,
aprovechándose del impulso de un sueño, ha decidido dejarme en paz para
convertirse en materia. Me utilizará como vitrina, no seré otra cosa que su
herramienta viva, será mi boca la que calle y mi cuerpo quien hable. Expresar
siempre ha sido mi mayor necesidad y esta vez no opondré resistencia. No más. 
Decidí rodearme de mentes jóvenes
con ideas inquietantes, una mujer con el cuerpo como medio para conocer el
mundo será la encargada de poner en vuelo mi corporalidad. Un par de infantes
serán los cómplices de las imágenes mentales que se recrean desde hace varios
años, las harán reales desde su intuición, la mayor sapiencia para construir y Una
niña con pensamiento de anciana experimentada me guiará por universos inimaginables,
no lo dudo. 
Tengo miedo, es la primera vez
que me arriesgo a tanto en tan poco tiempo. Quizá es el fin o el inicio del
fin, pero hay que estar. Toda mi vida he sabido que nunca alcanzaré a
despedirme, esta es mi manera. Me da pavor la idea de hacer esto sin mayor
motivación que yo mismo, no hay un amor, no hay ilusión ajena, soy yo. Quizá de
esto se trate la madurez: pensar en mí y en lo que hay en mí. Sin nadie, sin
ellos, sin él, sin ella, sólo yo y mi soledad.
Necesitaba contarlo, escribirlo
en este rincón virtual y sorprenderme porque por primera vez pienso en mí y no
en otro. Yo como punto de partida y de llegada. El egoísmo nunca ha sido lo
mío, pero debo conocerlo para conocerme en él. Si me equivoco solo más vale  que sólo esté yo para reprocharme. Me alejo de
toda intención de compartir mas que la de invitarles al reencuentro de mi Yo
Expresivo y no del Yo Amante.
Salud, porque empiezo a
recuperarme de todo, hasta de usted(es) fantasma(s) de la felicidad compartida.
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