Despacio que tengo prisa
Estremezco mis dedos antes de digitar.
Quizá el sonido de los huesos chocando aliviane este cansancio físico que hoy descansa en un sofá familiar.
Pero estoy cansado, aturdido quizá. El hecho de pensar en la máxima extensión del caucho del amor y sus beneficios y sus contrariedades me hace terminar el día con un dolor en el pecho. Aquí, cerca del corazón duele escuchar cómo una mujer se aprovecha del amor del hombre que viaja desde tierras más que lejanas, sólo para verle y sentirle. Ella, diva como siempre, le recibe con dos frases: Quédate, pero yo me iré. ¿A dónde? Pregunta él. –A dormir con otro cuerpo que no es el tuyo- Él, se postra ante ella y de rodillas le pide que no lo deje, que piense bien las cosas, que él espera que duerma bien y que cuando el sol del siguiente día llegue la estará esperando en su cama [la de ella] sintiendo tanto como pueda. Todo en idioma extranjero.
Mi confidente y yo, a la luz de un cigarrillo, nos preguntábamos por la existencia de seres que actúen desde la verdad, así duela. Ella, la diva, fue sincera, hirió, pero fue sincera. ¿Pudo haber sido sincera justo antes de la fallida sorpresa de tenerlo en su casa inesperadamente? Sí, de eso estoy seguro.
Hay tantas historias, tantas vivencias, tantos hechos ajenos.
Tantas palabras bonitas que no quieren ser escuchadas por estos oídos míos porque simplemente no estoy limpio, no todavía. Y no quiero cargar con dolores ajenos, causados por mí.
¿Para dónde va todo esto?
Hoy me encontré con una pregunta: ¿Hay límites para amar? Es decir, ¿Hay un límite cuantitativo al enamorarse? O mejor, ¿Cuántas veces se puede uno enamorar? Dos (2) respondía la primera persona. La segunda: Uno ama cuantas veces quiera. Si la respuesta correcta fuera la primera yo ya pasé el límite y me quemé. Y en caso de ser la otra alternativa diría: Ya no quiero o no de la manera inocente como lo hice desde hace casi ocho (8) años.
Tengo 29 años y siento como quinceañero. Si sentir como adulto es la meta, no la acepto. Porque disfruto amar profundamente, disfruto recorrer caminos inhóspitos, ir desnudo por el cuerpo que se pone delante de mí y CREER. Sólo que esta vez la venda que use en mis ojos será delgada: podré ver con los ojos de la treintañéz. Porque voy a ser yo el único que romperá mi corazón. Seré yo el único que tenga el arma. (I'll be the one who'll break my heart. I'll be the one to hold the gun)
Doy asco. La cabeza se estalla de tanto pensar y el corazón se achicharra por falta de uso.
Líneas releídas: Escribo como un adolescente y no estoy listo, no aún, no sé después. Perdón.
Vamos pues DE PIE y para arriba, porque abajo hay mucho barro.
Nota al los ojos ausentes [Porque negar tu inexistencia sería negar mi alegría]: Ya no dueles, ya tu voz no hace mella ni siquiera en mi oído medio. Termina de desaparecer o saco el arma.
Comentarios
El amor tiene el corazón más grande y siempre estará esperando por tí.
Sólo debes aprender a ver más allá de lo que buscas.
No te rindas.
Yo voy a estar apoyándote.